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EL RITUAL SEGÚN EL CORÁN Y LA SUNNA

``En el nombre de Dios, Clemente, Misericordioso,

Alabado sea Dios, Creador del Universo,

Clemente, Misericordioso,

Soberano en el Día del Juicio,

Solo a Tí adoramos y de Tí imploramos ayuda.

Guíanos por el sendero recto

El sendero de quienes agraciaste, no el de los execrados ni el de los desviados.´´

    Éste es el primer versículo que aparece en el Corán, correspondiente a la primera sura o capítulo. Resulta también que esta aleya o versículo, la faitha es la única que los musulmanes estaban obligados a recitar en la liturgia funeraria y, en general, en todas las oraciones diarias.      

    Y es que el Corán va más allá de ser un libro de fe, al igual que el Islam es más que solo una religión. Lo que representa el Islam es no solo una serie de creencias divinas o un dogma de fe, sino que también constituye una forma de ser; es un concepto ritual, sí, pero también es moral y social, y supone unos preceptos legislativos y, en general, una norma de vida en su conjunto. 

    Por otro lado, la Sharia es el código del Derecho islámico que recoge, sin ser un dogma indiscutible, lo referente a los aspectos morales, o normas de culto y conducta que debe practicar y respetar todo musulmán.

    La muerte es un hecho trascendental tanto para el individuo como para la comunidad. Este momento significa una de las bases de las creencias del Islam ya que la vida terrenal supone una preparación para la vida en el Más Allá que es a la cual aspira realmente el creyente. Todas las acciones que un musulmán realice, cualquier empresa, tanto de manera individual como su comportamiento social tiene una repercusión para con Alláh.

    Tanto en el Corán como en la interpretación de la Sharia mediante el ``fiqh´´ podemos desgranar de qué manera se considera el tema de la muerte y cómo se trata en relación a la Umma o comunidad y respecto a los propios individuos. 

    Para comenzar debemos saber que el Islam no permite la cremación como forma de dar descanso eterno a un cadáver, por lo que la única manera que se contempla para ello es la inhumación. 

    Centrándonos ya en lo que nos atañe debemos saber que en el Corán no se hace una mención extensa acerca de cual es el ritual a seguir para dar sepultura a un musulmán. Al contrario, son pocas las evidencias que existen y en las que podamos asegurar el rito concreto; únicamente podemos rescatar de algunas suras o capítulos referencias a la Resurrección y al Paraíso, encauzado esto para reforzar la idea de cómo debe ser el comportamiento de un creyente si quiere alcanzar el Más Allá.

    Con esto, en los momentos previos a la muerte del creyente, a poder ser éste debe estar acompañado de sus seres queridos, quienes recitarán en voz baja algunos pasajes del Corán, incluso se puede proceder a una orientación simbólica del individuo hacia la Meca. 

    En este sentido la legislación islámica permite que, en ausencia de un testamento escrito, el individuo redacte la Uasíia por su propia voluntad acatando lo establecido en la Sharia. 

    Una vez fallecido, los más allegados, generalmente hombres, serán quienes informen a las autoridades islámicas encargadas de los procesos litúrgicos, los cuáles deben seguir un ritual para asegurar el paso del creyente al Yanna, el paraíso donde descansarán los musulmanes. Obviamente el fallecido ha tenido que obrar con buena fe a lo largo de su vida y honrar a Alláh debidamente puesto que de lo contrario no alcanzará el Más Allá, habiéndo seguido las indicaciones del Corán y el Profeta. 

Mahoma predicando el Islam

    El proceso que han de realizar consta de varios pasos que aquí mencionamos pero que expondremos en otras entradas, como son: lavado ritual (ghusul), amortajamiento (Takfin), la propia ceremonia religiosa (salat ul Yanasa) y el enterramiento final según las enseñanzas del Corán y la Sunna.

    Así pues, es realmente en los hadits, tradiciones recogidas en la Sunna cuyas palabras se atribuyen a las enseñanzas de Mahoma y opiniones de un alfaquí desconocido, donde se encuentran las principales nociones de la liturgia islámica.

  Concretamente en la Península Ibérica hubo un conflicto durante un periodo entre los partidarios de interpretar los hadits según la opinión del experto en la jurisprudencia o de los que le daban más importancia al Profeta. Este conflicto se saldó con la implantación de la escuela malikí sobre el siglo X,.

    Por último, señalamos un dato curioso que, en relación a esto, quizás sea desconocido por muchos. Y es que a la hora del rito islámico (esto engloba tanto el rezo, el enterramiento como cualquier otro) no siempre se ha tenido como referencia la Kaaba, el lugar sagrado en La Meca y hacia donde deben orientarse los creyentes, sino que hasta el 623 este ritual se dirigía hacia Jerusalén, año en que Mahoma desistió de su labor de convertir a judíos y cristianos.

Daniel Armero Ruiz

BIBLIOGRAFÍA:

 -CHAVET LOZOYA, MARÍA.; PADIAL PÉREZ, JORGE; SÁNCHEZ GALLEGO, RUBÉN. Ensayo de rituales enterramientos islámicos en Al-ándalus. AnMurcia. 2006, Nº22, p.149-161.

 -TARRÉS CHAMORRO, SOL. Ritos funerarios en el islam: la praxis entre los musulmanes de Sevilla, Zainak. Marzo de 2006, Nº28, p. 429-446.

November 02, 2016

No deberíamos incluir algo que no se recomienda, pero lo incluimos para que podáis realizar una comparación con otras páginas web que sí son buenas a nuestro criterio así que solo clicar aquí abajo.

November 02, 2016

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Como hemos visto hasta ahora ésta es la manera universal de enterramiento más extendida en los territorios controlados por el Islam.

Pero volvemos hoy, ya en el 2017, para esclarecer algunos aspectos que, como veremos a continuación, nos enseñaran algo más de la religión islámica y lo que concierne al ritual funerario.

Iniciamos aquí unas pinceladas arqueológicas de lo que iremos viendo más adelante en el apartado de Maqbara.

Así pues, en el Corán no se hacen referencias explícitas a la manera de despedir a los muertos, aunque se tiene el enterramiento la única válida por una convención más social en este caso que religiosa.

Sin embargo vamos a ver que existen diferentes formas de llevar esto a cabo, más concretamente en Al-Ándalus, diferenciadas en dos etapas principales.

  • Ritual tradicional.

Esta primera corriente es, como su propio nombre indica, la tradicionalista. Es la más empleada desde la conquista de la Peninsula Ibérica, momento en el que el ritual de enterramiento no está aún consolidado.

Conocemos estos enterramientos, gracias a la arqueología, y apoyados por algunos autores musulmanes como Abu Muhammad ibn Isma´il.

Podemos observar dos tipos de fosas en las que podemos encontrar enterramientos individuales o, a partir de lo que los propios musulmanes consideraron posible tras la batalla de Ohod en el 625 (solamente dos años después del nacimiento del Islam), inhumaciones múltiples.

El primer tipo de fosa es una pequeña cavidad de paredes rectas simples denominada darih. El segundo tipo de fosa se compone de dos cavidades: una más grande (darih) que, en este caso debido a que tiene un compartimento excavado en su borde derecho y orientado hacia La Meca, el cual se llama lahd, se denomina a todos los efectos saqq.

Construida la tumba se procedía colocar el muerto (tras realizar todo el ritual previo que ya hemos ido exponiendo) y lajas de piedra encima del mismo. Se rellena de tierra y a la altura del suelo se volvían a colocar dos o tres lajas, una a los pies, otra en la cabecera y una última en el centro del cuerpo. Aunque no obstante, las excavaciones arqueológicas nos han ofrecido información acerca de este relleno de tierra y se ha descubierto que la mayoría de las tumbas no se encuentran cubiertas completamente.

Todo esto realmente lo explicó Antonio Díaz en la entrada de Descripción General, pero como aquí vamos a compararlo con la otra tradición dominante en Al-Ándalus hemos querido recordarlo.

 

  • Ritual Malikí.

En el siglo X va a cambiar la doctrina religiosa en Al-Ándalus y se establecerá la escuela malikí. De esta manera queda legalizado el ritual de enterramiento según el malikismo pero el ritual tradicionalista seguirá teniendo fuerza. Vemos aquí las diferencias con éste.

Debemos orientar el cuerpo hacia la qibla y cerar los ojos cuando expire. Tras esto, y al igual que la otra tradición tenemos que lavar al difunto un número impar de veces. Después se procede al amortajamiento con un número impar de telas, y al perfumado, añadiendo sustancias aromáticas a las mismas.

Ahora, para transportar el cadáver hasta la tumba se debe caminar delante del mismo y no caminar con inciensarios.

Finalmente, y a la hora de enterrar al difunto se colocará sobre su lado derecho y orientado hacia la qibla, colocando ladrillo sobre el mismo. Preferiblemente se depositará en el lahd al individuo antes que en el saqq (si es de este tipo la fosa) ya que en ésta última será donde se echará la tierra y así  ésta no tocará al difunto. 

Daniel Armero Ruiz

BIBLIOGRAFÍA

 -CHAVET LOZOYA, MARÍA.; PADIAL PÉREZ, JORGE; SÁNCHEZ GALLEGO, RUBÉN. Ensayo de rituales enterramientos islámicos en Al-ándalus. AnMurcia. 2006, Nº22, p.149-161.

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